Desde China hasta Irán, desde India hasta el Reino Unido, una taza (o varias) de té es fundamental para muchas personas de diferentes países. Aunque cada país tiene su propia palabra para té, casi todas las pronunciaciones se derivan de solo dos raíces: ‘te’ y ‘cha’. Esta es la historia detrás del té.

Mientras te relajas con una taza de té, es fácil olvidar que se han librado guerras por ese producto. Que despierte un feroz debate en las familias y entre colegas. ¿Se debe tomar solo o con leche?

¿Se puede endulzar con miel? ¿Se debe beber por la tarde, como hacen los europeos, o es mejor tomarlo por la mañana, como prefieren los chinos? Sin embargo, es esta bebida divisiva la que, a lo largo de los siglos, ha unido a las culturas.

Hace poco te hablamos acerca de los maridajes de pizza y vino, pero ahora toca el turno de una bebida más ligera, dulce y única.

una taza de té

¿Cómo China descubrió el té?

Según la evidencia arqueológica, el té se cultivó por primera vez en China alrededor del año 1600 a.C., pero se dice que se descubrió mucho antes y muchísimo tiempo después se tomó la primera taza de té.

Cuenta la leyenda que en el año 2437 a.C., una deidad llamada Shennong estaba sentada con un caldero de agua hirviendo junto a un arbusto que repentinamente estalló en llamas.

El fuego secó las hojas del arbusto y el calor las llevó por el aire, dejándolas caer en el caldero de Shennong. Shennong probó el agua de hojas y pudo ver que el té tenía el poder de contrarrestar los efectos venenosos de unas 70 hierbas.

En los primeros años del cultivo del té en China, las hojas no se procesaban y tenían un sabor amargo, por lo que la bebida resultante recibió el nombre de ‘verdura amarga’.

La palabra actual en mandarín para té, ‘茶 cha’, no se registró hasta el año 760 d. C., cuando un erudito llamado Lu Yu escribió el Cha Jing, o el Clásico del té, en el que omitió por error un trazo cruzado del carácter. ‘tu’, resultando en una palabra muy diferente: cha.

¿Cómo la palabra ‘cha’ viajó por el mundo?

Durante casi mil años, el té siguió siendo el secreto de Oriente. Luego, en el siglo XVI, los portugueses llegaron a China. Habían viajado al Lejano Oriente con la esperanza de obtener el monopolio del comercio de especias. Pero poco después de probar el brebaje (una taza de té) por primera vez, los exploradores se dieron cuenta rápidamente de su potencial y decidieron centrarse en exportar té.

Los portugueses llamaron a la bebida cha, al igual que la gente del sur de China. Desde el puerto de Cantón, alrededor de la actual Guangzhou, Hong Kong y Macao, los portugueses enviaron las hojas ahora procesadas a través de Indonesia, debajo del extremo sur de África, y de regreso a Europa occidental.

Pero mucho antes de que la raíz de la palabra “cha” cruzara los océanos hasta Portugal, otra ruta comercial había estado extendiendo el té hacia el oeste. Estas hojas de té atravesaban la provincia china de Yunnan a lo largo de la carretera ‘Tea-Horse’.

Con ladrillos de té apilados en lo alto de las espaldas de los portadores, la hoja viajó a la India a través de Persia, donde el chino ‘cha’ se convirtió en el persa ‘چای chay’.

Dependiendo de la región de la India, en la mayoría de las partes el té se conoce con la palabra hindi, ‘चाय chai’.

También se llama ‘চা cha’ en bengalí y ‘ചായ chaya’ en malayalam. Pero mientras que la mayoría de los dialectos indios usan alguna variación de la raíz de la palabra “cha” para describir el té, hay una excepción en occidente.

Sea como sea, no dejes de disfrutar de esta deliciosa bebida; utiliza tu reward para adquirir un té o un café. Sigue sumando puntos e invita a tus conocidos a hacer lo mismo. Encuentra tu bebida favorita y solicítala ahora mismo.

Marcos Ordaz

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